Las lápidas de mármol son monumentos creados con mucho detalle y con el objetivo de rendir homenaje a las personas que han fallecido. Estos panteones tienen una luz propia especial, que evoca al sentimiento y al recuerdo de los que ya no están. Durante el verano, las lápidas están más expuestas al sol y a altas temperaturas, así como a polvo en suspensión. Para poder conservar una lápida como el primer día es recomendable hacer limpiezas periódicas y protegerla tanto de estas inclemencias del tiempo como de la suciedad acumulada.
Por qué el verano puede afectar a las lápidas de mármol
Las lápidas de mármol se caracteriza por su belleza y resistencia a la intemperie. El mármol, es una piedra resistente que puede sufrir modificaciones a causa de la exposición al sol, los cambios bruscos de temperatura, así como la sequedad del ambiente.
Exposición solar directa y prolongada
La exposición directa al sol puede generar cambios en las lápidas, tanto estéticamente como de manera interna. Algunas de las consecuencias por su exposición al sol son la expansión térmica, a simple vista no se aprecia, pero con el paso del tiempo puede afectar a la integridad del material. Otro contrapunto es la decoloración, al incidir los rayos de sol directos sobre la piedra, el mármol puede perder su brillo natural, quedando un color más opaco.
Cambios bruscos de temperatura diurnos/nocturnos
Los cambios bruscos de temperatura también afectan negativamente al estado de la piedra, estos cambios hacen que el mármol se dilate y contraiga de manera asidua, lo que puede generar grietas o fisuras. Además, cuando la piedra posee muchas vetas el paso del calor al frío puede generar una exfoliación, o pérdida de las capas más superficiales.
Sequedad ambiental y acumulación de polvo
El mármol, es una piedra muy porosa que retiene humedad en la parte más superficial, cuando se encuentra en un clima árido puede perder esa humedad, lo que conllevaría una pérdida del brillo, dándole un aspecto más opaco. Del mismo modo que la sequedad, el polvo también puede provocar el color más apagado de estos monumentos, además, una acumulación de suciedad puede actuar como abrasivo suave desgastante lentamente la superficie del mármol.
Limpieza básica durante los meses de calor
Materiales adecuados: agua destilada, jabón neutro, paño de microfibra
Para conservar una lápida es recomendable usar productos suaves y jabones neutros. Lo recomendable es diluir estos jabones neutros en agua tibia y aplicarlo con una esponja suave o un paño de microfibra. Para las zonas rugosas como puede ser las de la inscripción, se pueden usar cepillos de cerdas suaves.
Productos que se deben evitar: lejía, productos abrasivos o ácidos
Hay una serie de productos que se deben evitar a la hora de llevar a cabo el mantenimiento de una lápida. Estos productos son los limpiadores ácidos como el limón, vinagre, cloro… Tampoco se deben usar limpiadores multiusos o de baño, ya que pueden contener componentes abrasivos que dañan las propiedades del mármol. Y una regla inamovible, no usar cepillos metálicos.
Frecuencia de limpieza recomendada en verano
Para asegurar que la lápida continúe como el primer día, lo mejor es llevar a cabo una limpieza al mes, sobre todo si se encuentra expuesta el mayor tiempo al sol y entre árboles. Puede ser una limpieza básica con agua y jabón y luego un aclarado y secado para conseguir que esta suciedad no se incruste en el material.
Mantenimiento preventivo continuo
Revisión periódica tras episodios extremos (olas de calor, tormentas)
Lo más recomendable es realizar una limpieza al mes usando jabón y agua sobre todo si la lápida se encuentra en un lugar con mucha exposición al polvo o si tiene árboles alrededor. Quitar periódicamente las hojas, excrementos de pájaros, y polvo para evitar que su eliminación sea más complicada. La limpieza integral se recomienda hacer una vez al año, quitando posibles malas hierbas de alrededor del monumento, examinando posibles roturas, aplicando el producto sellador…
Cómo identificar manchas, grietas o desgaste precoz
Con el paso del tiempo y la exposición al calor y el frío el mármol puede sufrir algunos desperfectos. En el caso de las lápidas, pueden salir pequeños “pelos” o grietas que poco a poco se van abriendo paso, sobre todo en las tapas de las lápidas. La manera de localizarlas es la observación rigurosa de cada rincón de la lápida, para asegurar que todo sigue en perfecto estado.
Cuándo contactar con profesionales del mármol
La recomendación es que, en caso de encontrar fisuras o pequeñas grietas, se debe contactar con un marmolista profesional para conseguir asesoramiento sobre cómo se debe actuar. En Mármoles Écija cuidamos cada una de las lápidas y nos esforzamos para que permanezcan como el primer día, si necesitas consultar acerca de un problema similar, contáctanos, estaremos encantados de ayudarte.
Cuidados específicos para lápidas con detalles personalizados
Inscripciones en relieve o metálicas
Todas las lápidas tienen inscripciones con las que se conmemora a las personas fallecidas. Este tipo de accesorio también está expuesto a sufrir deterioro por el paso del tiempo y el clima. Para conservar las inscripciones metálicas o de bronce es recomendable limpiarlas el polvo y los residuos con frecuencia para que no pierdan el brillo que las caracteriza. Se puede utilizar una esponja suave y agua con jabón, tras este proceso, se deben secar bien. Para las inscripciones grabadas en la piedra se puede usar un cepillo de dientes de cerdas suave y agua con jabón neutro. Importante dejar bien seca la zona después.
Elementos decorativos: esculturas, fotos, jarrones
Otros elementos que hacen diferente a una lápida son los accesorios que la caracterizan, jarrones, imágenes en bronce, foto porcelanas… Para conservar las figuras de bronce se pueden utilizar mezclas de vinagre y bicarbonato para conseguir volver a obtener el brillo. Si es una imagen en porcelana, la mejor opción es agua tibia y jabón neutro.
Qué hacer si la lápida ya muestra deterioro
A pesar de los cuidados periódicos de la lápida, las presencia intensa del sol, la exposición a la intemperie y las lluvias ácidas pueden ocasionar alteraciones y deterioros en la lápida. Si esto sucede, puede que este monumento necesite unos cuidados especiales para volver a ser el que era.
Pulido, restauración o sustitución parcial
Para los casos más leves, pulir puede ser una de las soluciones contra las manchas y el acabado opaco. Esta técnica elimina la capa dañada, y vuelve a sacar el brillo del mármol. En casos en los que se haya producido una fisura o rotura de alguna de las piezas del monumento, se puede recurrir a la sustitución de estas por unas de las mismas características en cuanto a tono y material para no romper con la estética de la lápida.
Servicios profesionales especializados en restauración funeraria
Para la restauración de las lápidas es necesario acudir a un profesional que esté familiarizado con este tipo de trabajos. En mármoles Écija estamos especializados en el cuidado de las lápidas y su conservación. Evaluamos el estado de la lápida para poder brindar la mejor solución.
Consejos generales para el mantenimiento anual
El mantenimiento periódico es clave para que las lápidas conserven su belleza y durabilidad. Como propuesta a estos mantenimientos, En Mármoles Écija recomendamos hacer limpiezas regulares, utilizar productos neutros que no contengan abrasivos, inspeccionar la lápida periódicamente para prevenir fisuras y roturas, evitar la acumulación de tierra o polvo y eliminar las malas hierbas cuando estas aparezcan. Así se conseguirá que la lápida perdure como el primer día y siga siendo un monumento que represente a ese ser querido que ya no está.
¿La lápida de tu ser querido necesita mantenimiento? Si no sabes cómo conservar una lápida, En Mármoles Écija te asesoramos sin compromiso y te ofrecemos un servicio profesional para conservarla como el primer día.
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